Biztrepar: una nueva palabra para un concepto clave en emprendimiento
Un biztrepador no espera el capital de riesgo. No se detiene por falta de apoyo institucional. Construye, prueba, vende y reinvierte.
Los idiomas evolucionan constantemente. Las palabras nacen, cambian, y algunas hasta se vuelven globales. La Real Academia Española (RAE), guardiana de nuestro idioma, ha integrado en años recientes términos como “googlear” (añadida en 2017) y “tuitear” (en 2012), reconociendo que el uso popular puede más que la etimología tradicional.
En Guatemala, palabras como “startup” y “pivotear” forman parte de muchas conversaciones públicas sobre emprendimiento y, aunque no todas hayan sido aceptadas oficialmente por la RAE, su uso demuestra la necesidad de adoptar términos que describen conceptos de forma práctica para hacer la comunicación más eficiente.
Más allá de la simple traducción o adaptación de palabras de otros idiomas, también surgen nuevos términos cuando un concepto engloba un significado difícil de expresar en pocas palabras. Es entonces cuando aparecen palabras acuñadas por expertos que buscan facilitar la comunicación en dominios específicos.
Un ejemplo es el término “blitzscaling”, acuñado por Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn e inversionista de Silicon Valley, en su libro del mismo nombre. Este concepto describe la estrategia de crecimiento acelerado en la que una empresa, normalmente tecnológica, prioriza capturar mercado rápidamente por encima de la eficiencia, incluso si eso significa operar con pérdidas significativas durante los primeros años. No existe una sola palabra en inglés o español que capture todo lo que implica “blitzscaling”, pero quienes hemos leído el libro o trabajamos en emprendimiento de rápido crecimiento entendemos inmediatamente a qué se refiere.
Otro concepto vital del mundo emprendedor es el famoso “bootstrapping”. Esta palabra de origen estadounidense, cuya raíz proviene de la expresión “to pull oneself up by one’s bootstraps”, que significa algo como “levantarse a sí mismo tirando de las correas de las botas”, hace referencia a la capacidad de salir adelante con lo poco que se tiene, sin ayuda externa. En el contexto emprendedor, describe a quienes inician un negocio sin capital de riesgo, sin inversionistas, sin grandes recursos: solo con ingenio, esfuerzo y determinación.
Biztrepar es el arte de levantar un negocio con pocos recursos.
En países como Guatemala, donde el acceso al capital es limitado, la mayoría de los emprendimientos son, por necesidad, “bootstrappeados”. Sin embargo, no existe una palabra en español que capture esta forma de emprender que combina resiliencia, ingenio y una mentalidad de largo plazo. Por esa razón, propongo adaptar esta idea para crear un nuevo término más cercano a nuestra realidad: Biztrepar: el arte de levantar un negocio con pocos recursos.
La palabra nace de la fusión de “biz”, abreviatura común para “business” o negocio, y “trepar”, verbo que en español denota subir con esfuerzo, escalar obstáculos y avanzar poco a poco con tenacidad. “Biztrepar” comunica el esfuerzo de emprender con recursos limitados y evoca la imagen de alguien que escala con determinación, aunque el terreno sea empinado.
Un biztrepador no espera el capital de riesgo. No se detiene por falta de apoyo institucional. Construye, prueba, vende y reinvierte. Aprende en el camino, mejora con los errores y avanza paso a paso hasta ver a su negocio despegar. El biztrepador representa la esencia del emprendedor chapín: trabajador, creativo y luchador ante la adversidad.
Adoptar el uso de una nueva palabra puede sonar como una idea descabellada, pero tiene una intención genuina: que los guatemaltecos le pongamos nombre a algo que naturalmente hacemos y que podemos hacer con orgullo. Es hora de reconocer a quienes ya lo están haciendo y usar esta palabra para describir un camino legítimo y valioso en el mundo del emprendimiento.